En un principio vio ralentizado su crecimiento. Para intentar evitar las heladas, algunas zonas de nuestros bancales las cubrimos con plásticos a modo de pequeños invernaderos.
Tras la suavización de las temperaturas, hemos retirado las cubiertas y hemos sembrado nuevas plantas, cebollas y dos variedades nuevas de lechugas, hemos restaurado el suelo, fertilizándolo con tierra enriquecida, y hemos repuesto las calvas con acolchado.
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